Asumiendo que el cuento de la vida eterna, el cielo y el infierno fuera cierto (tan improbable como que yo soy un oso rosado inteligente con acceso a Internet desde una dimensión paralela), si llegara para mi el momento del juicio personal en frente de Yahvé, ni siquiera le daría el gusto de reprocharme y mandarme al purgatorio o infierno, me tiraría solito, pero antes le diría un par de cosas:
Tus seguidores dicen que me amas, aunque jamás, me has hablado, jamás te he visto, y los milagros que se supone que has hecho parecen extrañamente concentrarse en algún punto cercano al año 0 (y su único registro es un libro que se supone que tu inspiraste a unos pocos elegidos a escribir, que esta lleno de imprecisiones, aberraciones, contradicciones y falacias), los milagros modernos son tan pueriles, que la posibilidad de que tu has creído que me fueran a convencer insulta mi humilde inteligencia. Si eres tan omnisciente, todopoderoso y benevolente, porque no me has mostrado el camino usando el lenguaje que yo entiendo: la ciencia, no la fe! Ahora, me voy al infierno por voluntad propia, porque dejé de creer en ti, pues nunca me diste suficiente evidencia.
Además, imagínense lo aburrido que seria vivir eternamente y sin tener que hacerse preguntas, debatir, descubrir, evaluar, luchar. La vida tiene sentido porque es finita, y porque presenta desafíos, morir es tan natural como nacer, aspirar a vivir por siempre es lo que hacen las personas que ven a la muerte como un tabú y no entienden la naturaleza de la vida. Yo prefiero dejar mi marca con hijos, preservar los genes es vivir por siempre (pobres curas). El objetivo definitivo de la vida humana es reproducirse y no desaparecer como especie. Para que la especie sobreviva hay que ser ético y respetuoso, eso no viene un dios, viene del instinto básico de preservación, no mates, no mientas, no violes, no robes, porque eso provoca problemas en la sociedad y evita nuestra prosperidad como especie, no porque Yahvé te va a mandar al cielo por ser bueno o al infierno por ser malo. El gran problema es que los seres humanos somos cínicos por naturaleza y además tendemos a buscar explicaciones complicadas en vez de simples. La mayoría no ve el beneficio de preservar la especie, entonces buscamos (como especie) beneficios sobrenaturales como la vida eterna y el cielo, que son mas fáciles de comprender.
Que distinta seria la sociedad, si pasáramos los domingos de nuestra infancia estudiando filosofía y ciencia en vez de ir a la iglesia y el catecismo. Afortunadamente, esto esta cambiando sin necesidad de actuar y las iglesias están cada vez mas vacías de jóvenes y cada vez mas llenas de viejos, que cuando se mueran al igual que yo, no se convertirán más que polvo y huesos, después de un periodo relativamente corto de descomposición.